Resumen |
Bernardo tomaba el sol en su patio, cuando, de repente, un monsturo peludísimo y baboso salió de la tierra y ¡zuaz¡, se comió su nariz y después sus orejas. El pobre Bernardo se veía muy chistoso. Su amigo Benjamín lo ayuda a crear un plan para atrapar al monstruo y recuperar lo robado. |